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Estamos acostumbrados a relacionar, incluso a confundir, volumen con intensidad. Al escuchar música en un aparato de reproducción de sonido, como puede ser una cadena musical, la televisión o un MP3, si subimos el volumen, notamos una subida de la intensidad. Pero esto ya lo vimos en la segunda unidad de este curso y sabemos que no es del todo cierto. La intensidad es la distancia máxima de propagación de una fuente sonora. Y aunque suela coincidir en la mayoría de los casos, la mayor cantidad de sonido (el volumen) no siempre hace que una señal auditiva llegue más lejos. Las dinámicas son la aplicación musical de este fenómeno físico de la audición. Con ellas conseguimos mejor comprensión de la melodía, al ser resaltada por encima del acompañamiento y dar un dramatismo a las obras musicales que las acerquen a la emotividad con mayor firmeza.
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Volumen e intensidad.
* El volumen es la cantidad de señal sonora y la intensidad es la distancia de propagación de un sonido, lo penetrante de la sonoridad. Están relacionados porque, aunque no sea lo único, a mayor volumen, mayor intensidad.
* Conseguimos relieve y profundidad con las intensidades relativas de los instrumentos. El instrumento solista con la melodía principal no será tapado por el volumen del acompañamiento. Al hacerse así, conseguimos dos capas de sonido diferenciadas, una destacada y cercana y otra de fondo. Incluso en un mismo instrumento (polifónico o no) podemos hacer que ciertas notas destaquen como melodía y el resto como segunda voz, bajo, acompañamiento armónico, etc.
Finalidad de las dinámicas.
* Las dinámicas dan profundidad y dramatismo a la música. De igual manera que una voz principal destaca cuando el acompañamiento es tocado con menor intensidad, podemos usar las dinámicas para resaltar momentos de la obra. Subidas o bajadas de volumen permiten que atendamos a la nueva frase melódica al haber sido resaltada por su intensidad.
* El dramatismo que incorporan las dinámicas sirve para crear contraste entre tensión y relajación; entre fuerte y débil. Permite dramatizar una obra musical con la intensidad de las representaciones teatrales.
Variaciones mediante las dinámicas.
* Cambiando la intensidad relativa de una parte y tocándola más o menos fuerte conseguimos variar la sonoridad mediante las dinámicas.* Un patrón repetitivo consigue crear variedad si tocamos la misma parte más o menos fuerte. Una melodía tocada por segunda vez, pero con una variación en la intensidad, ya no es igual a la anterior, al menos en uno de los aspectos.